domingo, 15 de febrero de 2015

Un resumen de todo lo que fue el aniversario.

La historia de San Pablo comienza como la mayoría de grandes historias que tanto nos gustan, divagaciones y sueños en una noche estrellada en algún sitio perdidos.
Quizás no sepamos por qué inauguramos cada ronda con una chocolatada, y es que honramos aquel 27 de enero de 1990, agradecemos y recordamos cada año a aquellas personas que hicieron posible que hoy estemos aquí todos.
San Pablo es para muchos, algo cercano al infinito, a lo intangible, lo indescriptible, la sonrisa entrepuesta tras una mirada de complicidad, o el beso de tu madre en la frente tras la bronca del día.
San Pablo educa en valores, sueña con crear a través de la educación una sociedad mejor, siempre a mejor. San Pablo sabe trasmitir el escultismo a cada uno de sus pequeños niños, trasmitimos pasión, y protección.
San Pablo busca generar una familia, un entorno, un lugar donde cada sueño tenga cabida, y su apoyo, un sitio donde los chicos aprendan que el trabajo, la constancia y el entusiasmo les pueden llevar donde quieran.
San Pablo es entregado a todos sus ámbitos, a la familia, a salamanca, a castilla y león, a España y como ya hemos visto muchas veces, al mundo entero.
Estamos hechos de trocitos de personas, nuestra esencia es cada uno de los detalles que han dejado los que por aquí han pasado, la esencia de este grupo ya es etérea, y por tanto, eterna.
San Pablo te hace caer en la cuenta de que el escultismo es como las hadas de peter pan, que solo vuelan si de verdad crees en ellas.
Y aquí creemos, creemos en cada uno de nosotros, de vosotros, en cada uno de los que han aportado por poco que haya sido, su trocito de esencia.
Hemos sido astronautas, piratas, hobbits, galos, niños perdidos, hemos sido todo lo que nos hace sentir ilusión, todo lo que hemos aprendido, somos lo que vivimos, y vivimos entre magia, verdadera magia que desprendemos en cada actividad que realizamos.
Porque muy poca gente diría que el peor día del año es el 30 de julio, porque muy poquitos se atreverían a soñar como lo hacemos, y a perseguir esos sueños, con descaro, con osadía y entereza.
Porque no importa los años que pasen, si seguimos quejándonos por todo, si seguimos tratando de mejorar lo inmejorable, si no nos conformamos y siempre avanzamos, seguiremos siendo San Pablo.


Estos somos nosotros, y así elegimos vivir.








1 comentario:

*Anaí* dijo...

¿A Chuchi se le olvidó la pañoleta? No me lo creo :P :P